¿Buscando el equilibrio entre las actividades diarias y nuestro entorno?
Durante los últimos años hemos sido testigos de cómo los puestos de trabajo exigen cada vez más conocimiento y manejo de recursos tecnológicos. Así mismo, somos conscientes de que el mundo se ha vuelto más competitivo, exigente e impredecible por la gran cantidad de cambios y demandas generadas por los avances tecnológicos. Esto ha implicado que nosotros debamos adaptarnos y esforzarnos en una mayor medida mejorando las capacidades en un entorno de mayores demandas cognitivas y de aprendizaje.
Debido a esa presión y al constate manejo de computadores y celulares, podemos experimentar problemas para concentrarnos, sentir mayores niveles de estrés y dificultades en el desempeño de las labores y actividades académicas (Kalakoski, et al., 2020). Lo anterior se ve reflejado en pequeños errores que cometemos, tareas que se van acumulado o que se nos olvidan y nos toma más tiempo terminar las tareas. Por estos motivos, es crucial desarrollar habilidades y estrategias que ayuden a disminuir lo más que se pueda la alta demanda a nivel cognitivo que implica el manejo continuo del computador, las diversas tareas e interacciones constantes con programas, actividades y personas.
A continuación, se exponen algunas recomendaciones y buenas prácticas que han sido implementadas en varios países encaminadas a asegurar que haya una interacción apropiada entre el trabajo, el producto, el ambiente y las necesidades, capacidades y limitaciones humanas (Sociedad de Factores y ergonómicos y humanos, sf.).
La invitación es a que se analice cuál es el entorno en el que se está trabajando o estudiando actualmente para poder decidir cuáles de las recomendaciones pueden aplicarse. Para ello, resulta más efectivo aplicar una a una de forma gradual, ya que si se hacen muchos cambios de forma abrupta puede resultar abrumador y disruptivo frente a la rutina que ya se tiene establecida.
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